LO QUE ACEPTAMOS Y NO LEEMOS AL DARNOS DE ALTA EN WHATSAPP

Al darnos de alta en WhatsApp (o en cualquier otro servicio) aceptamos unas condiciones de uso que la mayoría de usuarios no suele leer.
• En el día de hoy analizamos punto por punto el contrato de uso que aceptamos al darnos de alta en WhatsApp.

¿Qué firmamos cuando nos damos de alta en WhatsApp?

Hay que admitir que durante los últimos meses han cambiado un poco las cosas entre el usuario y WhatsApp, llegando a ser una relación de amor-odio. Ya hemos hablado en ocasiones anteriores que su seguridad no es precisamente para tirar cohetes, que hay otras alternativas mejores y que la privacidad está algo difuminada, como en todos los servicios de comunicación que han aparecido en los últimos años. Todos lo sabemos, pero de todos modos seguimos ahí. Al fin y al cabo, ahí están nuestros amigos y, sin ellos, las redes sociales y los chats no tienen ningún sentido.



¿Tanto nos preocupan estos temas? Pues parece que si, y más ahora que la NSA y sus polémicas nos han recordado que lo personal no siempre lo es tanto y que debemos andarnos con mucho cuidado al navegar por internet. Entonces, ¿por qué tan pocas personas se molestan en leer el contrato vinculante que acepta cuando se registra en un servicio como WhatsApp? Seguramente, todos coincidiréis en decir que es demasiado largo y no tenemos tiempo para leer esas “tonterías”.


Por eso en el día de hoy vamos a hacer un repaso de cada uno de los puntos que podemos ver en el contrato de uso de WhatsApp. ¿Nos acompañas?


El contrato de uso de WhatsApp, ¿lo sabes todo?

¿Para qué podrán usar tus contenidos?

Al enviar “actualizaciones de estado” mediante WhatsApp, les concedes una licencia no exclusiva, gratuita, sublicenciable y transferible para usarlas, reproducirlas, distribuirlas, crear obras derivadas a partir de ellas, exhibirlas o comunicarlas. Pero, ¿qué entiende la empresa por “actualizaciones de estado”? Pues tu estado, tu foto de perfil, la información sobre tu última hora de conexión y “otras comunicaciones que envíes”. ¿Cuales son estas otras?


Por lo general todas las actualizaciones de estado son visibles por cualquier usuario de WhatsApp que tenga tu número de teléfono y no haya sido bloqueado. ¿Quiere decir eso que mis mensajes también están ahí para que todo el mundo los lea? No, porque justo ahí establecen una excepción. Esos mensajes, así como tu localización cuando la compartes y todos los archivos que envías a un amigo o a un grupo (esos GIFs de gatitos que tanto te gustan) solo pueden verlos los receptores.



Así que resumiendo: cualquier usuario de WhatsApp que tenga tu teléfono (y no haya sido bloqueado) puede ver tu estado (el típico “Hey there! I am using WhatsApp”), tu foto de perfil, la última vez a la que te conectaste o si estás en línea y, lógicamente, tu número de móvil. En cambio, los mensajes de texto, las localizaciones, los audios y los archivos enviados a una persona o a un grupo solo los ven esa persona o los miembros de ese grupo.


Así que, tal y como hemos dicho, concedemos una licencia a WhatsApp sobre tus actualizaciones de estado (en sentido general), pero además concedes otra a cada uno de los usuarios que te tengan agregado. Se trata de una licencia no exclusiva para acceder a tus actualizaciones de estado, que termina en el mismo momento en que las elimines. Vamos, que les das permiso para leerlas (algo, por otra parte, bastante lógico).

¿Qué datos personales cedes?

En primer lugar, WhatsApp tiene los datos que tú mismo le has entregado, fundamentalmente tu número de móvil y tu agenda de contactos, la cual revisará periódicamente en busca de usuarios que ya estén en la plataforma (para que puedas interactuar con ellos) y teléfonos de los que aún no estén (por si los quieres invitar). Eso sí, aseguran explícitamente que no recopilarán nombres, direcciones o correos electrónicos. Única y exclusivamente números de teléfono. Hasta ahí normal, ¿no?



Además, según se indica en sus documentos legales, la empresa podría recabar en ciertos casos los datos de tu tarjeta de crédito u otra información de pago. ¿Qué sentido tiene esto si las aplicaciones se pagan a través de Google Play o la App Store? ¿Es una puerta abierta a micropagos dentro de la aplicación al estilo de los ‘stickers’ de Line? De momento no sabemos que guarda WhatsApp bajo la manga.


Por otra parte, y esto es importante, WhatsApp nos asegura que no copia, almacena o archiva el contenido de los mensajes que envías. Es un simple intermediario. Lo que escribes pasa por sus servidores solo de forma provisional y en cuanto llega al receptor se borra. Con una excepción: si el usuario al que estás escribiendo no está conectado, los mensajes se mantendrán en el servidor un máximo de 30 días a la espera de ser entregados. Pasado ese plazo, se borrarán.

Hay que mencionar que todos esos datos personales se almacenan y procesan en Estados Unidos, con independencia de dónde residas.



¿Qué puede hacer WahtsApp con esos datos?

Antes que nada, hay que mencionar que una característica que distingue a WhatsApp de muchos de sus competidores es que renuncia de forma explícita a cualquier tipo de publicidad. Eso quiere decir que, de momento, tus datos no serán utilizados como lo hacen en otros servicios, para personalizar anuncios o recomendar marcas a tus contactos. En sus documentos legales lo reiteran: “Actualmente WhatsApp no tiene anuncios y esperamos que siga siendo así para siempre. No tenemos intención de introducir publicidad en el producto”. Aunque también se curan en salud declarando que… “Pero si alguna vez lo hiciéramos, actualizaríamos esta sección”. Así que, de momento, no hay razón para preocuparse, pero tendremos que estar pendientes de lo que pueda pasar el día de mañana.

¿Puedes darte de baja? ¿Cómo?

Los términos y condiciones de WhatsApp no aclaran mucho sobre esta cuestión, pero si echamos manos de su sección de Preguntas Frecuentes entendemos alguna cosa más. Básicamente hay dos opciones: desactivar tu cuenta o eliminarla. La primera es la mejor solución si pierdes o te roban el teléfono, porque dispondrás de 30 días para recuperarla en otro dispositivo y recibirás de golpe todos los mensajes que te hayan enviado durante ese tiempo. La segunda opción, el borrado, es irreversible y hace que finalice la licencia sobre tus contenidos que concediste a WhatsApp.

¿Cuánto tiempo retendrán tus datos si decides marcharte?

Sabemos que WhatsApp no almacena para siempre nuestros mensajes si no llegan a leerlse por los destinatarios y también borran todos los demás datos como números de tarjeta de crédito. Esto está claro, pero ¿qué sucede con tu número de móvil, tu agenda de contactos y lo que WhatsApp denomina actualizaciones de estado?


Parece que no somos los únicos que se lo preguntan, ya que a principios de año las autoridades de protección de datos de Holanda y Canadá abrieron una investigación para determinar si el servicio de mensajería incumple las leyes sobre privacidad de estos países, entre otras cosas por no dejar del todo claro qué información personal retiene y por cuánto tiempo.

¿Cuál es la edad mínima para darse de alta?

Oficialmente la edad mínima son 16 años. Por debajo de esa edad solo se puede utilizar con autorización paterna o si eres un menor emancipado. Además, si WhatsApp descubre que algún usuario no cumple con ese requisito, eliminará su cuenta.

En el apartado de curiosidades, los documentos legales de WhatsApp son una auténtica mina de oro. Por ejemplo, al final de una cláusula en la que detallan los supuestos en los que tendrías que indemnizar a la empresa, hacen una chocante afirmación que aparentemente no tiene nada que ver con ellos: “No apoyamos ni fomentamos el consumo ilegal de alcohol o tabaco”. Es bueno saberlo.


Pero aún más llamativa es el tema de los usuarios “cansinos” (“annoying” en el original en inglés). Atención a esto. La empresa puede eliminar tu cuenta si eres un “cansino”, y eso lo determinarán, “de forma caprichosa o no”, sus “empleados, agentes, subagentes, superagentes o superhéroes”.

Además, WhatsApp también puede decidir que una actualización de estado no es apropiada por razones de “longitud o limitado interés”.

Tampoco olvides poner los dos rombos antes de enviar fotos picantes porque “el contenido adulto debe estar identificado como tal” y notifica inmediatamente a WhatsApp cualquier “brecha de seguridad o uso no autorizado de tu teléfono móvil”. Como apuntan desde TecnoExplora, recuerda que ellos no se hacen responsables por los daños que la aplicación pueda ocasionar a tu dispositivo, pero tú si deberás indemnizarles si les echas abajo el negocio. Flipante, ¿verdad?

¿Habías leído alguna vez el extenso contrato de WhatsApp? ¿Qué te parecen estas normas de uso de la aplicación de mensajería instantánea?