LOS DRONES ASALTAN LOS RESTAURANTES

Los drones tienen un gran potencial en áreas muy diversas, ya que puede desplazarse rápidamente sobre un terreno irregular o accidentado y superar cualquier tipo de obstáculo.


Todo está por ver, pero parece que los drones van a terminar por ser una realidad cotidiana de nuestra vida. Casi cada día aparecen noticias sobre futuras aplicaciones de estos micro robots. Amazon se plantea usarlos para hacer llegar los envíos a sus clientes y Taobao, empresa del grupo chino Alibaba, ya está probando la entrega de té de jengibre, en ciertos puntos de Beijing, Shangai y Guangzhou, mediante su uso.



Los drones tienen un gran potencial en áreas muy diversas, ya que puede desplazarse rápidamente sobre un terreno irregular o accidentado y superar cualquier tipo de obstáculo ofreciendo imágenes a vista de pájaro y otro tipo de información recogida por diferentes sensores. Además un sistema con múltiples robots es aún mejor, ya que permite la cooperación en paralelo entre ellos, ayudándose unos a otros para, por ejemplo, cubrir grandes áreas en exteriores o crear redes de sensores móviles.

Al aire libre, en grandes espacios abiertos, se reduce el peligro de colisión y parecen el hábitat perfecto para estos robots, pero en espacios cerrados y en los que además hay gente, la cosa se complica y puede ser peligroso.
En diciembre de 2014, una mujer resultó herida en la cara en Nueva York, cuando el operario que pilotaba uno de los drones que se usaban en un restaurante de la cadena TGI Friday, intentaba demostrarle que el robot podía aterrizar en su mano, durante una demostración para presentar los aparatos.

Ahora, en Singapur, los restaurantes del grupo Timbre, que fueron los primeros en Singapur en dotar a las mesas de Ipads para que los pedidos llegaran antes a la cocina, hacen un nuevo intento. Han contratado los servicios de la empresa Infinium Robotics para que los dote de drones que hagan las funciones de los camareros y sirvan directamente a sus clientes.

Infinium Robotics, que también es de Singapur, asegura haber desarrollado un sistema de control centralizado de vuelo para grupos de drones que, junto con un avanzado diseño de las trayectorias y un sistema de control predictivo basado en algoritmos, asegura un posicionamiento de todos los robots con un margen de error de menos de un centímetro.

Pero claro, el sistema no solo tiene que ser seguro, sino que además tiene que parecerlo, para no ahuyentar a los clientes. El director de Timber, Edward Chia, ha manifestado al International Business Times (IBT) que “se han programado los drones para que vuelen a una altura por encima de la cabeza de los clientes, incluso cuando estos estén de pie y las trayectorias previstas son las mismas que siguen ahora los camareros, para que no tengan que volar por encima de nuestros comensales”.


Chia justifica la decisión de usar drones como camareros porque “estamos teniendo problemas de personal, debido a las restricciones que el gobierno de Singapur ha introducido en la contratación de trabajadores extranjeros” y además porque “nos hemos dado cuenta de que malgastamos mucho tiempo sirviendo comida de la cocina al comedor, lo que crea un cuello de botella que afecta a la experiencia de nuestros clientes. Si los drones llevan a cabo tareas poco cualificadas, nuestro personal podrá interactuar más con lo clientes y mejorar el servicio en su conjunto, lo podríamos entrenar para aumentar las ventas o recolocarlos como barmans y aspirantes a chef”. Ahora la gran pregunta es si a los drones también habrá que dejarles propina.